jueves, 18 de julio de 2013

El jugador número 12


Aprovechando las vacaciones de verano, Red Deporte está organizando un torneo de fútbol 11, que tiene lugar en los recién estrenados terrenos deportivos construidos por Red Deporte en Boulembé, dentro del proyecto “Dotación de servicios adecuados para los refugiados centroafricanos en las comunidades de acogida en Camerún”.

El pistoletazo de salida de tan esperado evento, tuvo lugar el pasado 13 de junio con la celebración de los primeros partidos y culminará el próximo 25 de agosto con la gran final.

El torneo está teniendo una fantástica acogida tanto por parte de los equipos participantes como por parte del público, que cada jueves y sábado se arremolina frente al campo de fútbol para apoyar a sus respectivos equipos. Todo ello en medio de un gran ambiente lúdico, festivo y deportivo que reúne a familias, jóvenes y niños en torno al campo de juego así como múltiples vendedores de buñuelos, mazorcas de maíz, plátanos, cacahuetes, carne y bebidas, que animan los estómagos de los allí presentes.

El nivel y compromiso de los jugadores es muy alto, siempre liderados por su “coach”, por su entrenador, que les da las instrucciones desde su lado del campo y realiza los cambios. Sin embargo, esta entrada debo dedicarla al jugador número 12 de cada equipo. Es el jugador más incansable, más fiel y, he de decir, más fiero y ruidoso de todo el campo; y no es otro que la afición de cada equipo. Las aficiones se implican casi más que los jugadores, sufren con cada decisión del árbitro que no les es favorable; celebran cada gol como si del gol de la victoria final se tratara y es una celebración que lleva a gran parte de la afición a saltar al campo, a abrazar a sus jugadores, a bailar y a cantar con ellos. Durante el partido debaten las decisiones del árbitro.

Y es que, lo maravilloso del deporte en general, y del fútbol en particular, es la pasión que levanta y su capacidad de movilización. Y aquí no hablamos de esos grandes clubes deportivos que mueven millones y millones de euros en fichajes y publicidad, no. Hablamos de las pasiones que levantan en las personas de a pie, aquellos que disfrutan viviendo el deporte, ya sea practicándolo o como espectador; que disfrutan de esa capacidad de unión a través de una pasión común (compartida, además, en el mundo entero), independientemente de la nacionalidad, sexo, edad o religión.  Y para ello, no hacen falta muchos recursos, no. La necesidad agudiza el ingenio y eso queda sobradamente demostrado en África. Y, si lo trasladamos al deporte, al juego, más todavía. A falta de unas botas de fútbol la mayoría de los jugadores del torneo lucen unos calcetines y cangrejeras de plástico (sí, esas que utilizamos para evitar hacernos daños y resbalarnos en playas o zonas rocosas) y se defienden como leones en el terreno de juego, ante la atenta mirada del jugador número 12.



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Escrito por África Coloma, voluntaria de Red Deporte en Camerún

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